En días recientes, millones de jóvenes egresaron de las escuelas en distintos niveles educativos en México, y las celebraciones y festejos de graduación, desde los más pequeños hasta los más grandes, no se hicieron esperar.
Entre el 44 % y 45 % de los jóvenes entre 18 y 24 años están estudiando la universidad, por lo que tenemos un reto de acceso educativo y esos números en otros países de América Latina están por arriba del 70 %.
Para los padres de familia, que su hijo salga de la primaria o de la licenciatura es una enorme satisfacción, pues la educación representa para todos ellos el inicio de una vida prometedora; y para quienes concluyen alguna carrera universitaria, significa la incursión en la vida laboral formal y la consolidación de su futuro.
Sin embargo, no para todos los jóvenes de nuestro país será alegría y regocijo. Son miles los estudiantes, principalmente de nivel medio superior y superior, que se quedarán en el camino sin la oportunidad de continuar con sus estudios, ya sea por falta de espacio en las universidades, falta de recursos económicos para sostener su carrera, etcétera. Lo cierto es que, para miles de jóvenes, la posibilidad de acceder a la educación superior no será posible.
En el año 2024, la Secretaría de Educación Pública (SEP) alertó sobre una creciente brecha en el acceso a la educación superior en México, revelando que, en ese año, aproximadamente 400 mil jóvenes que concluyeron el bachillerato no pudieron acceder a un lugar en las universidades del país.
Y los datos para este 2025 se mantienen en cifras alarmantes. Información del portal web Forbes México menciona que en nuestro país hay un bajo acceso de jóvenes estudiando la universidad y existe una fragmentación educativa que puede afectar la calidad. Así lo dio a conocer Juan Pablo Murra Lascuráin, rector del Tecnológico de Monterrey: “Entre el 44 % y 45 % de los jóvenes entre 18 y 24 años están estudiando la universidad, por lo que tenemos un reto de acceso educativo, y esos números en otros países de América Latina están por arriba del 70 %”.
Por si esto fuera poco, datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señalan que solo ocho de cada cien alumnos que comienzan sus estudios universitarios logran terminarlos.
Y en lo que respecta al presupuesto federal, encabezado por el gobierno morenista de Claudia Sheinbaum para la educación en México, la situación no mejora. Así lo dio a conocer México Evalúa en su portal de internet, donde menciona lo siguiente:
“Para 2025 se proyectó un presupuesto educativo de 1.03 billones de pesos, o 2.9 % del PIB, una reducción de 0.5 % (5 mil millones de pesos) respecto a 2024. Sin embargo, luego de que varias universidades públicas se manifestaran en contra de los recortes presupuestales, el gobierno aseguró que había un ‘error’. Así, se realizaron ampliaciones para trece universidades por 17.6 mil millones de pesos que, asumimos, impactarán directamente al presupuesto en la clasificación funcional Educación”.
Este ajuste será insignificante, ya que el presupuesto seguirá siendo de 2.9 % del PIB, muy por debajo del 3.5 % logrado en 2015.
¿Qué pasará con todos estos jóvenes que no tengan la oportunidad de acceder a ninguna universidad? Muchos de ellos terminarán en las filas del narcotráfico y la delincuencia. Según estimaciones de Tejiendo Redes Infancia, los cárteles del narcotráfico reclutan anualmente entre 35 mil y 45 mil niñas, niños y adolescentes. No nos asombre si muchos de estos jóvenes terminan siendo un número más en las filas de la delincuencia.
Si alguna posibilidad tiene nuestro país de transformarse en uno más justo y equitativo para todos, es a través de convertir a los jóvenes en verdaderos profesionistas, y sobre todo en profesionistas con sentido humanista, que tengan la capacidad de analizar la realidad social y transformarla. Formar estudiantes capaces de dirigir el rumbo de nuestro país en un futuro no muy lejano, con metas claras y decisivas, que manejen las ciencias y las bellas artes.
Pero eso no será posible si el pueblo no se organiza y exige mejores condiciones educativas para los jóvenes: mejor infraestructura educativa, planteles con laboratorios, bibliotecas y áreas de cómputo.
En el Movimiento Antorchista, nos hemos propuesto ser el faro de luz que ilumine a la juventud de nuestro país, la guíe y al mismo tiempo exija que se le dé educación de calidad, como lo menciona el artículo tercero constitucional. Para que ningún joven se quede sin la oportunidad de estudiar, exijamos juntos, organizados. Después, puede ser tarde.
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