En el corazón de la Mixteca Poblana, donde la tierra guarda la memoria de luchas ancestrales, se alista una fiesta. No es una fiesta cualquiera; es una celebración de la resiliencia, un canto colectivo frente al olvido. Los próximos 28, 29 y 30 de noviembre, el municipio de Tecomatlán, Puebla, cuna del antorchismo, se vestirá de gala para recibir la edición 24 del Encuentro Nacional de Teatro.
Más de mil participantes, entre actores, directores, tramoyeros, estudiantes convertirán sus calles y sus majestuosos recintos, el Teatro Aquiles Córdova Morán y el Auditorio Clara Córdova Morán, en un gran escenario donde el personaje principal será, irremisiblemente, el pueblo mexicano.
Pero este evento, de profundo raigambre popular, es mucho más que un simple festival. Es un acto de resistencia. En un país donde la cultura es sistemáticamente relegada a un segundo plano, donde el presupuesto para el arte se reduce año con año, este encuentro es un faro que se enciende a contracorriente.

Mientras el poder prefiere invertir en otros rubros y castigar a la expresión artística, aquí, en Tecomatlán, un movimiento social financia sus montajes con colectas públicas y actividades económicas, demostrando que donde hay voluntad, hay un camino.
Y es que la esencia de este encuentro se aleja radicalmente del oropel y el exhibicionismo. Su objetivo es pedagógico, profundamente transformador: educar al pueblo, llamarlo a la reflexión, mostrarle los problemas estructurales de la sociedad a través del arte, para que llegue a la conclusión de que debe ser parte activa de la solución.
La inmensa mayoría de los participantes no son actores profesionales; son jóvenes inquietos, amas de casa, obreros y campesinos que dedican sus tardes y sus sueños a dar vida a los textos de grandes dramaturgos.
Desde Durango, la Compañía Estatal de Teatro del Movimiento Antorchista llega con la potente obra “Tierra y Libertad”, del periodista revolucionario Ricardo Flores Magón. En un ensayo general ante un público selecto, la puesta en escena transportó a los asistentes a los años 1900, pero su mensaje resonó con escalofriante vigencia.

“Ver 'Tierra y Libertad' en pleno 2024 es un recordatorio escalofriante de que las luchas de los trabajadores por sus derechos y por una vida digna están más vivas que nunca”, he escuchado decir a algunos compañeros del estatal. Esta obra no es un relato del pasado; es un espejo del presente.
Por su parte, los zacatecanos de la Casa del Estudiante “Francisco García Salinas” presentarán “Los perros” de Elena Garro, una obra que, tras su participación en el encuentro nacional, recorrerán por distintos rincones de su estado, llevando el teatro a donde pocas veces llega.
Mientras, desde la frontera, la compañía juvenil El Saguaro de Baja California arribará con “Cartas al pie de un árbol”, de Ángel Norzagaray, una desgarradora historia sobre la migración, el dolor de una madre y el olvido en el que caen quienes se quedan en el camino.
Este encuentro es una auténtica proeza, un ejército de artistas surgidos de las entrañas del pueblo trabajador se moviliza desde Yucatán hasta Baja California para demostrar que el talento no es patrimonio de una élite.
En este encuentro, Esquilo, Sófocles, Shakespeare, Goethe, Calderón de la Barca, Brecht, Carballido, entre otros, tendrán voz a través de estos artistas del pueblo. Sus obras, cargadas de universalidad y denuncia, se encontrarán con la mirada fresca y la urgencia de quienes las interpretan.

Este evento es la prueba viviente de que el decreto de desaparición del Movimiento Antorchista falló. Aquí seguimos, firmes, acudiendo a todos los medios para educar y despertar la conciencia colectiva. Porque para Antorcha, la lucha no se limita a los servicios básicos como el agua, la luz o la vivienda.
El ser humano también debe tener hambre de cultura. Sin ella, el individuo se vuelve insensible, ajeno a los problemas sociales, limitando su interés a lo inmediato, a lo que Lenin llamó lucha economicista.
Nosotros estamos en contra de ello, hemos comprendido que para cambiar el modelo económico de nuestro país debemos estudiar las causas más profundas de los males que nos aquejan, para así plantear soluciones, denunciar injusticias y proclamar la urgente necesidad de un cambio social. Y ese cambio solo puede venir de la unidad y la claridad del único actor capaz de lograrlo: el propio pueblo trabajador.
Los invitamos, amables lectores, a ser testigos de esta hazaña cultural. A que conozcan la profundidad de estos planteamientos y, juntos, concluyamos que el único camino es unirnos ante el destino incierto del México de nuestros días.
Nuestra patria requiere una visión progresista y la unidad de todos los mexicanos. Allá, en Tecomatlán, nos vemos. Vayamos a conocer el gran trabajo que, con esfuerzo y pasión, se hace en toda la patria, también en el fértil terreno cultural. El telón está por levantarse.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario