La política común y corriente en Ixtapaluca (como en la mayor parte de México) genera la expectativa de que los gobiernos municipales se aboquen en serio a resolver los múltiples problemas de obras y servicios. Se ofrece sólo como una buena promesa cuando los políticos de todos los partidos realizan sus campañas electorales. Independientemente del partido político al que pertenezca un candidato, una vez que obtiene el cargo que apetecía, se aparta de dichas obligaciones, excepto en una muy rara excepción: el período de los años 2013-2021, cuando Antorcha gobernó y le cumplió a este municipio.
Como si fueran señores feudales dueños del palacio, los funcionarios se encierran junto con Arvizu, a piedra y lodo: este gobierno está sordo, se le está cayendo el municipio; sólo se esconde y no responde.
Antes del partido Morena, y ahora con mayor razón, ya era costumbre obtener el voto del electorado con promesas en campaña que bien se sabía no se iban a cumplir; ahora la compraventa del voto está en su máximo apogeo mediante la promesa de programas sociales que se entregan en forma de tarjetas para su cobro en efectivo. Trampa en la cual ha caído, lamentablemente, la mayoría de los electores; de modo que los servicios públicos municipales están en la ruina por ese engaño de los funcionarios y porque el pueblo no protesta ante esta evidente maniobra cortoplacista y electorera de Morena.
Esta práctica es la que ya tenía cansada a la población años atrás con el PRI y el PAN, hasta que la maniobra fue derrotada por el electorado, que ya no quiso ser más burla y votó entonces por algo “diferente” (Morena), quien, a cambio del voto fácil y obligado de la población, instauró el reinado de las tarjetas de dinero en efectivo a cambio de votos.
En Ixtapaluca, en la elección del año 2024, sólo fueron dos votos a favor de Felipe Arvizu por cada diez votos que debieron depositarse en la urna (83 mil 026 sufragios). El resto de la gente votó en contra de él o bien no acudió a votar por la reelección. De tal manera que llevamos tres años y medio con un presidente que llegó al poder municipal con una quinta parte de los electores y bajo las promesas de frases huecas tales como: “con el pueblo todo, sin el pueblo nada”. Pues en las colonias, en los pueblos, en las unidades habitacionales y en las escuelas de todo el municipio, no se mira que se esté trabajando para su progreso. Por el contrario, abundan las quejas de inseguridad de día y de noche, la desatención de las vialidades, colonias enteras sin suficiente servicio de agua potable, falta de personal calificado para atender correctamente el gran número de fugas de agua —provocando un gran desperdicio— y, lo más grave, en estos tiempos de lluvias, aflora la falta de mantenimiento a los drenajes, lo que provoca inundaciones, camellones sucios, aumento de la inseguridad y un largo etcétera.
Antorcha, la organización en la que orgullosamente milito, no critica únicamente por criticar al gobierno en turno. No. Si lo hacemos es para que la gente adquiera conciencia —como lo hemos promovido durante muchos años— de que tiene derechos, pero que tales derechos no se van a cumplir si el pueblo no exige unida y organizadamente que estos se lleven al terreno de la práctica. Porque fue en la práctica, y no en las palabras, como Antorcha demostró que sí se puede gobernar para cumplirle a la gente.
Volviendo al tema, hoy no se ve por ningún lado en dónde y en qué se invierten los más de mil millones de pesos anuales que maneja el presidente municipal. De menos no se mira en las calles, no se ven en los servicios elementales, lo cual hace cierta la frase de mucha gente que dice que, con Morena en el poder, para el pueblo no hay beneficios, excepto las mejoras patrimoniales y de dinero en efectivo que maneja la familia Corona-Arvizu.
No sólo eso, también se niega el derecho ciudadano de los artículos 8º y 9º de la Constitución y la libre petición de la ciudadanía, pues las puertas se cierran en la presidencia municipal cuando acude una comisión de vecinos a revisar la solución de sus peticiones.
Como si fueran señores feudales dueños del palacio, los funcionarios se encierran junto con Arvizu, a piedra y lodo, mientras que, por otro lado —tal como sucedió el 12 de marzo—, la Policía municipal agrede a compañeros y a un grupo de 40 mujeres en la colonia 6 de Junio.
Pues así es este gobierno: no escucha, está sordo, se le está cayendo el municipio, sólo se esconde y no responde.
A manera de ejemplo (sólo a manera de ejemplo), Antorcha protesta con justa razón porque las colonias Rey Izcóatl, la Humberto Vidal, 18 de Agosto y Tlalpizáhuac necesitan urgentemente la perforación de un nuevo pozo de agua, ya que el viejo pozo está por colapsar. Ya se cuenta con estudios geológicos y otros trámites para programar dicha obra, que daría solución a más de 10 mil familias, pero Arvizu se niega a ejecutar la obra. Señor presidente, ¿es esta una terquedad o una necesidad?
La colonia Villas de Antorcha, donde habitan aproximadamente mil familias, urgentemente necesita electrificación (nadie puede vivir sin luz eléctrica en los tiempos que corren), pero Arvizu les niega el presupuesto de obra, a pesar de que la colonia cumple con todos los requisitos en materia de desarrollo urbano.
Otro ejemplo: más de 40 escuelas públicas, desde preescolar hasta el nivel universitario, demandan lo necesario: aulas, baños, laboratorios, seguridad pública, apoyo deportivo y cultural, y ninguna obra se lleva a la práctica (y son escuelas oficiales, o sea, es obligación municipal brindarles atención).
Por lo tanto, nos toca a nosotros, los ciudadanos, lograr que no sólo el ayuntamiento nos escuche, sino que nos resuelva, así como lo logramos décadas atrás cuando Antorcha iba naciendo. ¡Y lo logramos! En otras palabras, debemos retomar la lucha en las calles, como antes se hacía: editar volantes, realizar manifestaciones, unirnos con más grupos inconformes en Ixtapaluca, como respuesta al abandono y las burlas morenistas. Debemos presionar en “las mañaneras”; es decir, en las conferencias de la presidenta Claudia Sheinbaum, aprovechando la cercanía geográfica con la Ciudad de México.
El fin del gobierno Corona-Arvizu en Ixtapaluca es inminente y cada vez más cercano, a condición de que no nos quedemos con las manos cruzadas y que nos preparemos para asegurar su derrota electoral en las próximas elecciones.
¡Sólo unidos y organizados saldremos adelante!
¡UNIÓN, FRATERNIDAD Y LUCHA!
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