El 6 de octubre se anunció la reencarpetación de un tramo de la carretera México-Cuautla (“SMTP-Sendero”). Aunque toda inversión en obra pública es positiva, surge la duda de si este tramo realmente es el más prioritario, el más dañado y si la obra responde a las necesidades del municipio.
Aunque había algunos baches en esta área, es cuestionable que el gobierno municipal no priorizara las zonas realmente deterioradas e intransitables, como la principal vía de acceso al municipio.
El principal problema radica en la falta de sensibilidad y conocimiento sobre la situación municipal. Las decisiones tomadas parecen responder a impulsos, lo que genera un uso inadecuado de los recursos públicos y poca atención a las necesidades reales de la comunidad. Estas acciones reflejan una gestión centrada en intereses particulares y en la búsqueda de poder, dejando de lado el desarrollo y progreso del municipio.
No se trata solo de palabras: los hechos demuestran que hay pocas obras realizadas, y las pocas existentes no han sido priorizadas, lo que ha dejado a la mayoría de la población desatendida.
El tema que quiero tratar es una preocupación común entre quienes viven en la zona: ¿por qué se reparan solo los tramos menos dañados, mientras segmentos como la avenida Cuauhtémoc —también conocida como la México-Puebla federal— permanecen descuidados? En lugares específicos, como cerca del fraccionamiento Loma Bonita o frente a Patio Ayotla, transitar es realmente complicado; el mal estado provoca tráfico intenso porque los vehículos deben avanzar con mucha precaución. Además, estos problemas son frecuentes en gran parte de la carretera.
En Ixtapaluca abundan las zonas con baches y el programa municipal de reparación resulta insuficiente y poco transparente. Aunque en publicaciones oficiales y en los informes de actividades se mencionan arreglos de calles, reparaciones de baches o recarpeteos, estas acciones rara vez son visibles en las calles, salvo en áreas donde menos se necesitan. En resumen, parece que el gobierno prefiere aparentar soluciones en lugar de abordar realmente el problema.
No solo fue una mala decisión realizar esta obra en ese lugar, sino que además ha habido una total falta de logística en materia de seguridad pública y tránsito. Todas las personas que necesitamos transitar por la zona nos enfrentamos a un caos: no hay señalamientos para indicar rutas alternas ni anuncios que informen a la ciudadanía. Los elementos de tránsito estuvieron ausentes los primeros días, y posteriormente resultaron insuficientes para operar de manera efectiva. Como consecuencia, no solo se pierde tiempo en el tráfico, sino también horas productivas; muchas personas se retrasan para llegar al trabajo, la escuela o a servicios médicos, generando problemas adicionales. Todo este desorden pudo evitarse con una mejor planificación de vías alternas, señalización clara y un equipo preparado para
controlar el tránsito, especialmente en horas pico.
El presidente municipal Arvizu demuestra poco interés por los problemas que enfrenta la comunidad. Además de la situación de los baches y el mal estado de los caminos en la mayoría de las colonias, tampoco se atienden demandas básicas: vecinos solicitan agua, drenaje y atención a las escuelas que necesitan rehabilitación de baños, bardas e incluso aulas. Las puertas del Ayuntamiento permanecen cerradas y se ignora el derecho de petición y gestión ciudadana. Se cometen errores como invertir en obras no prioritarias y dejar de lado necesidades esenciales. Si escucharan, quizá aprenderían algo, pero pareciera que gobiernan para sus propios intereses, desatendiendo lo demás.
Mayor preocupación deberíamos tener, pues se anunció desde hace un año, por la presidenta de México, la inversión millonaria para la zona oriente y aún no se ven mejorías. ¿Será que ya están gastando el dinero donde menos se necesita o están justificando inversión solo para sus bolsillos? Podrán decir que cada rato anuncian un Metrobús, ¡y bravo!, que vayan a hacerlo; pero la duda es si estará bien elaborado el proyecto o pasará como en Chalco, donde está a medias y causando daños colaterales, provocando tráfico en la entrada del municipio por no ubicar bien los carriles necesarios del arroyo vehicular, o al dejar carriles intransitables en las principales avenidas de Valle de Chalco y Chalco mismo. Es decir, si lo anuncian, la autoridad debe asumir la responsabilidad de que sea bien ejecutado y con el menor daño posible; pero bueno, esto es por aquello de que la burra no era arisca…
De las pocas obras que se anuncian, también vemos el sesgo político, ya que en la zona alta de Tlapizáhuac, donde existe gran falta de agua, no han anunciado ningún pozo. Sigue la miopía del presidente: está confirmando su mala gestión y su mala política social.
La conclusión es que Ixtapaluca está mal gobernado, que el partido en el poder está jugando el papel de engañar a la gente. No es Morena un partido con gente realmente honesta y progresista; están ahí todos los que en la historia política han lucrado con el poder, solo que ahora se pintan de guinda. Es decir, como dice el pueblo: “se arriman a donde calientan las gordas”, y ahí, con la protección de “lo nuevo, de la 4T”, siguen su camino de corrupción y engaño, de solo beneficiarse ellos.
Esta situación es evidente para todas las personas en el municipio y gran parte del país. Es importante que aprendamos a reconocer que ciertas opciones no representan una solución real a los muchos desafíos que enfrentamos. Debemos organizarnos para hacer frente a políticas que nos afectan día a día, actuando colectivamente y con conciencia de que solo defendiendo nuestros intereses lograremos un mejor municipio. Lograr un mejor país puede parecer complicado o depender de otros, pero lo cierto es que si quienes padecen el problema no lo solucionan, quedarán lamentándose sin avanzar.
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