MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El nazismo intenta conquistar al mundo y debemos impedirlo

image

En estos días en los que se celebra en Europa y Asia el Día de la Victoria, el triunfo del Ejército Rojo (el pueblo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, la URSS) sobre las fuerzas armadas de Alemania, que llevó al fin de la carnicería descomunal y perversa que fue la llamada Segunda Guerra Mundial, hay algo muy importante que debemos decirles a nuestros compañeros antorchistas y a cada mexicano que nos sea posible: el nazismo sigue vivo e intentando dominar al mundo; por lo que sigue siendo nuestro deber impedirlo.

El peligro de que los herederos de los nazis que ejecutaron los horrores del Holocausto y la Segunda Guerra Mundial los intenten de nuevo es muy real y está en plena ejecución.

Y esto no sólo por un deber social fruto del conocimiento razonado y documentado, sino por elemental supervivencia, pues nosotros, los pobres, todo el Sur Global —incluidos los latinos, los pobres que habitamos países ricos en recursos naturales pero dominados por el imperialismo, y por ello pobres— somos su infaltable objetivo de conquista, sometimiento, esclavización y hasta exterminio.

¿Le parece una exageración? No lo es. Todos debemos saber, sin dudas, dos cosas: que hoy en el mundo vivimos en general en democracias —deficientes y todo—, pero diferentes a la esclavización a la que los nazis habían planeado someternos, y que no pudieron porque perdieron la guerra; y que seguimos vivos, es decir, que no fuimos víctimas del exterminio similar al Holocausto que las bestias hitlerianas practicaron no solo en Europa (6 millones de judíos, gitanos, homosexuales, discapacitados, opositores políticos y prisioneros de guerra), puestos a trabajar como animales, sin alimento, hasta morir de agotamiento, y/o exterminados por montones en cámaras de gas y luego incinerados, sino en cada lugar que conquistaban, como los 27 millones de soviéticos y los 15 millones de chinos —entre militares y civiles— muertos no solo en batalla sino ejecutados en masa.

No iba a ser distinto con Latinoamérica: iban a conquistar México, usar sus recursos naturales, y a nosotros, los mexicanos, nos iban a poner a trabajar como esclavos o a exterminar por miles… pero no fue así porque los derrotó el pueblo soviético, el pueblo ruso.

Todos conocemos las pruebas contundentes de que esto fue lo que sucedió. Si alguien de mis probables lectores no las conoce, las puede encontrar fácilmente y comprender las monstruosidades que realizaron los nazis. Búsquelas y conózcalas o recuérdelas… y comprenda que los monstruos que lo hicieron no están muertos, sino bien vivos y trabajando con esmero para recolocarse en el poder y volver a intentarlo, con todas las monstruosidades que ya hicieron y otras nuevas que ni usted ni yo podemos siquiera imaginar.

Una prueba de esto la verá usted con el siguiente razonamiento: el triunfo del pueblo soviético impidió el infierno nazi a nivel mundial; eso es claro. ¿Quiénes podrían estar interesados en condenar ese triunfo o manipularlo para intentar que los poco enterados culpen y odien al pueblo ruso? ¿Quiénes querrían blanquear a los nazis y sus colaboradores, como lo hacen, por ejemplo, los actuales líderes ucranianos, los que ascendieron al poder en el golpe de Estado de 2014? ¿Quiénes podrían demoler los monumentos al Ejército Rojo libertador y colocar en su lugar monumentos a los colaboracionistas ucranianos que participaron en el Holocausto? Solamente los perdedores nazis, los carniceros racistas que vieron frustrados sus sueños sádicos de conquista y que sueñan con volver a armarse e intentar la nueva conquista que sería, además, la venganza, y por supuesto sus patrocinadores, tal y como lo hace el “Occidente Global” (Estados Unidos, la Unión Europea y los aliados Canadá, Israel, Australia, etcétera).

Esconder el nazismo ucraniano, presentarlo como víctima y condenar la operación militar rusa que es, en realidad, la defensa del pueblo ucraniano, sólo demuestra que son —quieran o no, sepan o no— continuadores del nazismo, sus protectores o beneficiarios.

No es conspiración. También hay pruebas contundentes de que la OTAN, fundada en 1949, incorporó a antiguos oficiales de alto rango del ejército alemán e incluso a miembros de las SS (criminales de guerra), como Reinhard Gehlen, quien dirigió una red de espionaje alemán contra la Unión Soviética, absorbida después por Estados Unidos. 

El estudio titulado Nazism, NATO and West-European Integration - Correlation revela cómo exoficiales alemanes fueron reinsertados en puestos importantes en la estructura atlantista. Historiadores han documentado casos como el del general Hans Speidel, jefe del Comando Supremo Aliado en Europa, rehabilitado por las potencias occidentales.

También es público que algunos de los actuales líderes de Europa tienen ascendencia nazi. Ernst Albrecht, padre de Ursula von der Leyen, actual presidenta de la Comisión Europea, estuvo íntimamente vinculado con la administración nazi.

Josef Paul Sauvigny, abuelo del nuevo canciller alemán, Friedrich Merz, formaba parte del Partido Nazi y se unió a la fuerza paramilitar nazi de camisas pardas en julio de 1933. Lo mismo sucede con importantes políticos de los Estados Unidos y Canadá.

Y aunque no fueran descendientes de nazis: sus acciones los delatan, por ejemplo, al aplaudir y elogiar a excolaboradores nazis o excluir a Rusia de los festejos europeos por el Día de la Victoria y tratar de frustrar la importante celebración en la propia Rusia.

Cabe recordar a las grandes empresas que patrocinaron y cuidaron el ascenso al poder del nazismo y del mismo Adolf Hitler, que se enriquecieron con mano de obra no barata sino esclava, matando de hambre y cansancio a miles de trabajadores. Empresas y empresarios no sólo alemanes, que en el proceso de castigo a los criminales de guerra no fueron juzgados ni castigados… le digo el nombre de algunas, a ver si le suenan: Coca-Cola, Ford, Volkswagen, BMW, Kodak, Bayer, Nestlé, IBM, Adidas, Hugo Boss.

Los medios de comunicación que están al alcance de la mayoría de los mexicanos hoy reproducen el intento de presentar a Rusia como invasor de Ucrania, pero con ello sólo demuestran que son otros neonazis, o sus colaboradores, o sus esbirros.

Todo esto demuestra lo importante, o lo que yo quiero destacar esta vez: el peligro de que los herederos de los nazis que ejecutaron los horrores del Holocausto y la Segunda Guerra Mundial los intenten de nuevo; que ese peligro es muy real y está en plena ejecución; que urge verlo y entenderlo para evitar el ascenso del ultranacionalismo, el nuevo Holocausto, la esclavización de los pueblos y su persecución despiadada. 

Debemos luchar con todas nuestras fuerzas contra el neonazismo y sus nuevos intentos de conquistar al mundo.

Y esto sólo será posible si los pueblos se unen, se organizan y dejan de esperar que los políticos que hoy tienen el poder lo hagan; no lo van a hacer, lo hará el pueblo en el poder.

Me uno modestamente a la felicitación al pueblo ruso, heredero de la Unión Soviética, por el Día de la Victoria, a sus actuales líderes, encabezados por el presidente Vladímir Vladímirovich Putin, a los veteranos; los felicito y les agradezco sensiblemente su triunfo y su sacrificio en la Guerra Patria, que significó la libertad para toda la humanidad.

Y les sigo deseando el triunfo en la empresa de hoy, que se desarrolla no sólo en el frente de batalla en Ucrania, sino en toda la geopolítica mundial, porque, como dijo el presidente Putin, “Rusia ha sido y será una barrera infranqueable para el nazismo”, y porque en ello va, nuevamente, sin exagerar, la salvación misma de la humanidad.

0 Comentarios:

Dejar un Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *

TRABAJOS ESPECIALES

Ver más