Defender la verdad histórica es también reivindicar la justicia, la resistencia y la memoria de quienes ofrecieron su vida por liberar al mundo del nazismo, y el llamado a no olvidar para no ponernos en el lado incorrecto de la historia. ¿Sabes de qué lado de la historia estás?
Cuando se habla de una inminente Tercera Guerra Mundial, se dice que ésta será iniciada por Rusia, pero quien llega a esa conclusión da pie a que desconoce la historia universal; y nosotros, como antorchistas, no debemos ser parte de ese porcentaje y debemos tener claro en qué lado de la historia estamos.
El heroísmo del pueblo soviético salvó a la humanidad del exterminio racial y del dominio fascista, y esa verdad histórica no debe ser distorsionada ni olvidada.
Para ello, tenemos que conocer la historia del pasado, sobre todo la de la Segunda Guerra Mundial, en específico la Gran Guerra Patria, adentrarnos en ella y no dejarnos llevar por el cine de Hollywood y sus películas, donde distorsionan la realidad de los hechos.
La Segunda Guerra Mundial fue la guerra más grande de la historia de la humanidad, en la que participaron 62 países y más del 80 % de la población de la Tierra. Mientras que la Gran Guerra Patria fue la lucha por la independencia de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) contra la Alemania nazi y sus aliados.
Se trató de la parte más importante y decisiva de la Segunda Guerra Mundial. La guerra se convirtió en la mayor tragedia en casi todas las familias soviéticas, pues la URSS perdió más de 26 mil 600 millones de personas y aproximadamente un tercio de su riqueza nacional, y logró victorias decisivas, por lo que terminó con la victoria de esta.
Además, todos los ciudadanos de la URSS sufrieron enormes daños físicos, económicos y morales, y el nivel de vida del país cayó drásticamente. La guerra provocó elevadísimos gastos, trastornó los procesos de producción, y derrumbó los indicadores económicos y demográficos.
No obstante, la Unión Soviética lideró la resistencia contra la Alemania nazi, encabezada por Adolfo Hitler, quien quería apoderarse de Rusia y del mundo, a la vista de países como Estados Unidos, Inglaterra y Francia, quienes dejaron que el ejército fascista de Hitler siguiera avanzando; sin embargo, la URSS liberó al mundo mediante una lucha marcada por sacrificio, resistencia y victoria.
Fue en mayo de 1945 cuando el pueblo soviético enfrentó la agresión más brutal del siglo XX, sacrificando millones de vidas; su heroísmo salvó a la humanidad del exterminio racial y del dominio fascista.
El Ejército Rojo frenó el avance nazi en momentos clave del conflicto, y las batallas de Moscú, Leningrado y Stalingrado definieron el curso de la guerra.
A 80 años de la Gran Guerra Patria, el mundo debe saber que nuestra libertad la debemos al pueblo soviético que frenó al fascismo. En la actualidad, Rusia encabeza la lucha por un mundo multipolar, un mundo incluyente donde todos los países gocen de una verdadera soberanía, sin el sometimiento económico, cultural, político y social del imperialismo estadounidense, que se erige como el mandamás del mundo, y quien, como en la otrora Alemania nazi, se siente con la supremacía de disponer el acontecer sobre la faz de la Tierra.
Por ello, los antorchistas y todo el pueblo de México tenemos que saber que ninguna nación ni pueblo alguno hubiera escapado de la garra asesina del fascismo de no haber sido por el sacrificio de la Unión Soviética.
Tenemos que saber que el fascismo pervive, que es la forma monstruosa del imperialismo y, mientras esta fase del capitalismo tenga aliento, su criatura seguirá con vida.
Hoy asoma de nuevo la cabeza, pero la Gran Guerra Patria, librada heroicamente por el pueblo soviético, es la prueba fehaciente de que al imperialismo se le puede derrotar, y es el espejo en el que deben mirarse los hombres que hoy, en cualquier parte del mundo, luchan conscientemente en contra de los intereses mezquinos y egoístas de los dueños del capital que, como lo han demostrado ya, defenderán con la sangre de los pueblos del mundo la riqueza que han acumulado por siglos a costa del trabajo ajeno.
Que nadie nos engañe: no debemos tragarnos el cuento fabricado por Occidente de que fue Estados Unidos quien ganó la Segunda Guerra Mundial porque derrotó al fascismo; al fascismo lo derrotó el heroico pueblo soviético y su ejército.
La paz mundial debe mucho a aquella generación, la cual eligió resistir, luchar y vencer. Hoy, ante la amenaza imperialista, la humanidad debe pronunciarse por la multipolaridad que proponen Rusia, China y todos los países organizados en el grupo Brics.
Es hora de ponernos del lado correcto de la historia y no olvidarla, porque quien se olvida de ella está condenado a repetirla.
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