MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Continúa la represión contra los estudiantes

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Los sucesos ocurridos en la Ciudad de México, donde estudiantes de la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FNERRR) fueron objeto de represión en el Zócalo capitalino, frente a Palacio Nacional, desenmascaran el doble discurso de la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo.

El acto de valentía de los estudiantes no puede verse como un incidente aislado; es la expresión de un conflicto mayor: el que enfrenta a un pueblo que busca educación y oportunidades con un sistema económico que privilegia los intereses de unos cuantos.

Y es que los jóvenes estudiantes, principalmente oaxaqueños, llegaron a la capital porque en su estado han sido agredidos e ignorados ante demandas legítimas de seguridad en sus albergues; su viaje no fue casual: respondió a la necesidad de llevar su protesta al corazón del país, al lugar donde, desde hace siete años, se realiza todas las mañanas la conferencia de prensa, encabezada por la presidenta en turno. ¿Y cuál fue la respuesta? La misma que este sistema ofrece siempre al pueblo organizado: ¡represión!

Los granaderos del Gobierno de la Ciudad de México, con empujones y forcejeos, intentaron impedir el paso del contingente estudiantil, pero la determinación de más de dos mil jóvenes pudo más que los escudos y las porras; al grito unánime de “por una educación crítica, democrática, científica y popular”, avanzaron hasta plantar su protesta frente a los muros que simbolizan el poder en nuestro país.

Este acto de valentía no puede verse como un incidente aislado; es la expresión concreta de un conflicto mayor: el que enfrenta a un pueblo que busca educación y oportunidades contra un sistema económico que privilegia los intereses de unos cuantos sobre las necesidades de las mayorías.

En Tlaxcala conocemos bien las carencias del sistema educativo público y vemos con admiración y solidaridad esta lucha. Nuestra organización y nuestros estudiantes respaldamos plenamente las demandas de los jóvenes estudiantes de Oaxaca y del resto del país, porque el derecho a la educación se defiende en unidad.

Lo ocurrido en el Zócalo deja al descubierto la verdadera naturaleza de un gobierno que, pese a su retórica progresista, responde con violencia cuando el pueblo exige sus derechos, y que, lejos de respetar y solucionar demandas legítimas como la educación, los recibe con represión, encabezada por un gobierno que destina recursos millonarios a proyectos faraónicos que mantienen privilegios para la oligarquía.

La FNERRR, con el respaldo del Movimiento Antorchista Nacional, ha demostrado algo fundamental: la organización popular puede doblegar la fuerza bruta del Estado. Frente a un gobierno que actúa como “una valla metálica”, como bien se ha señalado, la respuesta debe ser la unidad y la determinación.

Este episodio debe servir como llamado a la reflexión para todos los mexicanos; la lucha estudiantil nos muestra el camino: la organización independiente y combativa es la única vía para transformar este sistema injusto. Los jóvenes han entendido que la pobreza y la marginación no se superarán con promesas gubernamentales, sino con movilización constante y unitaria.

El Estado morenista ha quedado exhibido ante el país; su campaña contra la educación pública y su respuesta represiva ante las demandas legítimas del movimiento social dejan al descubierto su verdadero rostro. Frente a esto, la juventud, con los estudiantes de la FNERRR a la cabeza, ha dado una cátedra de dignidad y consecuencia.

Las largas noches de opresión terminan cuando el pueblo organizado decide tomar su destino en sus manos. Hoy, los estudiantes nos han mostrado que otro amanecer es posible.

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