MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Familias de Chilcuautla demandan vivienda digna

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  • En el Valle del Mezquital, cientos sobreviven entre carrizos y láminas: 23.46 % padece hacinamiento; 10 mil 652 carecen de agua y 1 mil 254 de drenaje

En viviendas de carrizos, cartón, lonas y láminas, cientos de familias viven en el municipio de Chilcuautla; por años ha sido ignorada esta carencia de vivienda por autoridades municipales y estatales. Así, en el corazón del estado de Hidalgo, en el árido pero resiliente Valle del Mezquital, el municipio de Chilcuautla se convierte en un crudo testimonio de la deuda histórica en materia de vivienda que afecta a cientos de familias. 

Cientos de personas habitan entre la precariedad de materiales improvisados: carrizos que apenas sostienen estructuras, cartones que intentan aislar del frío, lonas desgastadas por el sol y láminas de metal corroídas por el tiempo y las inclemencias. Esta realidad, una constante que se extiende por años, ha sido sistemáticamente ignorada por las autoridades municipales y estatales, sumiendo a sus habitantes en un ciclo de vulnerabilidad y abandono.

Doña Marabel Jiménez Cruz, del Barrio del Xitey, lleva toda su vida adulta habitando un hogar humilde techado con lámina galvanizada, muy deteriorada ya por el tiempo e inclemencias climáticas; las recientes precipitaciones han convertido su hogar en un “sinfín de goteras” que no sólo mojan sus pertenencias, sino que erosionan la endeble seguridad de su vivienda. 

Sus reiteradas solicitudes de apoyo al gobierno municipal han chocado contra un muro de indiferencia burocrática, dejándola a merced de los elementos. “El frío y la humedad entran sin piedad”, comenta doña Marabel, “y dormir tranquila cuando amenaza lluvia es un lujo que no conozco”.

La falta de vivienda se ahonda para las nuevas generaciones. La hija de doña Marabel, Jaretzi Sinait Jiménez, enfrenta una disyuntiva desgarradora. Las limitadas dimensiones de la vivienda familiar, incapaz de albergar a las nuevas generaciones con seguridad y privacidad, la obligaron a buscar una alternativa: se vio orillada a rentar un pequeño espacio cercado de carrizos al no tener recursos suficientes para construir una vivienda digna donde ella y su familia estén seguros y fuera de peligro.

Al respecto, Israel García, líder social en el municipio, refirió: “Como estos dos casos existen muchos, estas historias encapsulan una lucha diaria por construir un hogar para sus familias.

Lo cierto es que los salarios en la zona son bajos y hoy, con el pretexto de que se otorgan los apoyos directos tan cacareados por parte de la 4T, se le niega al pueblo una vivienda digna.

Los programas de vivienda son limitados, no se anuncian para todos y se favorece a quienes se alinean con los “servidores de la Nación”, así la falta de vivienda no hace más que agravarse cada día”.

De acuerdo con el Informe Anual sobre la Pobreza y Rezago Social 2024, Chilcuautla cuenta con una población de 20 mil 272 habitantes, de los cuales el 13.28 % es población urbana y el 86.72 % rural; a pesar de esto, que podría llevar a pensar que, dada la predominancia de comunidades y localidades rurales, las familias contarían con espacios donde construir su vivienda o bien con una vivienda, en este municipio, comparado con el porcentaje a nivel nacional (5.8 %), hay una alta tasa de hacinamiento humano: 23.46 %, según datos del Sigeh con información del Inegi, Censo de Población y Vivienda 2020.

A esto hay que agregar que muchas de las viviendas existentes necesitan mejoramiento; el informe citado señala que más de mil personas padecen carencias relacionadas con la calidad y espacios de la vivienda y aproximadamente 500 viven en casas con piso de tierra. En cuanto a la falta de servicios básicos, la problemática se agrava: 10 mil 652 habitantes no cuentan con acceso al agua potable en sus viviendas y 1 mil 254 no tienen red de drenaje.

“En Chilcuautla y en todo el Valle del Mezquital sólo hay pobreza y más pobreza, no es creíble, pero los hechos nos muestran la indignante realidad, en pleno siglo XXI el pueblo hidalguense sigue padeciendo necesidades tan esenciales como: vivienda, electrificación, drenaje y redes de conducción de agua potable, no hay servicios elementales y necesarios para que los ciudadanos vivan plenos y seguros.

Ante todo esto y la incapacidad de los gobernantes para atender y resolver estos problemas, al pueblo humilde y trabajador no le queda más que organizarse y luchar no sólo por estos beneficios materiales sino también por el poder político y con ello poder mejorar sus condiciones de vida. 

Emprendamos una lucha no sólo por el drenaje, el agua, la vivienda sino por el poder político, por la capacidad de decidir sobre los recursos, de exigir rendición de cuentas y de construir nosotros mismos, desde la base, las condiciones para una vida verdaderamente digna y segura para todos”, aseveró Israel García.

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