Ya en otros espacios, es decir en notas periodísticas, lo hemos denunciado: las familias desplazadas han sido olvidadas por el gobierno estatal. El problema se agudiza en el gobierno de Rubén Rocha Moya, pues no sólo no atiende, sino que ahora los desplazados se han vuelto invisibles para el gobierno local y sus instituciones.
Hemos alzado la voz y encabezado a las familias en sus demandas legítimas, para que dispongan de un espacio para construir su vivienda, pero en estos años la respuesta gubernamental ha sido nula.
Sinaloa es una de las regiones con más desplazados en el mundo, pues en la entidad coinciden la violencia, los megaproyectos y el cambio climático como causas de este fenómeno.
La dependencia encargada de atender estas necesidades, es decir, la Secretaría de Bienestar y Desarrollo Sustentable de Sinaloa (Sebides), institución que apenas apoya a unas pocas familias, lo festeja como si estuviera resolviendo el problema. Pero no es así, tal parece que hay desplazados de primera y segunda: atiende a unos, pero no a la mayoría. Sin embargo, la razón principal es que las familias desplazadas abandonaron su lugar de residencia.
Sinaloa es la única entidad que, comparada con otras del país, tiene desplazados por tres motivos: desarrollo, que implica la construcción de presas, carreteras, cuestiones agrarias, y violencia. Los desplazados de otros estados lo hacen por uno de los motivos señalados.
El investigador de la Escuela de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Omar Mancera González, expuso recientemente en un comunicado que “en comparación con otras regiones del país normalmente se tienen desplazados por violencia, cambio climático y desarrollo, la entidad cuenta con las tres. Sinaloa es una de las regiones con más desplazados en el mundo”, detalló.
De acuerdo con las cifras, informó que son más de 9 mil familias del estado las que han sido desplazadas por distintos escenarios, entre ellos el relacionado con la modificación del espacio, tanto por la construcción de presas, carreteras y desde luego por la violencia.
Esta última es la que ha cobrado mayor relevancia a nivel nacional a partir de septiembre del año pasado, pues el enfrentamiento entre grupos del crimen organizado ha afectado a habitantes de colonias, municipios y pueblos: las familias deciden abandonar los lugares violentos.
A decir del investigador, “nos falta todavía contabilizar, y esta es una labor muy compleja, el número de familias que han sido desplazadas por el cambio climático en regiones urbanas, más el número de familias que han sido desplazadas por cambio climático en regiones rurales, que va a ser otro lío. Hay gente desplazada en Choix, El Fuerte, de comunidades rurales por la sequía”, añadió en el comunicado.
Incluso, a principios de septiembre dio a conocer que la población de 201 pueblos fue desplazada por la inundación de presas, argumentando el desarrollo de las regiones. En este punto consideró necesario que se especifique en qué condiciones se dan este tipo de proyectos, pues los “beneficiados” no son los ciudadanos o las familias, sino los productores.
Pueden argumentar que se trata de presupuesto, es decir, no disponen de recursos ni estatales ni federales, pero para eso son gobierno: cuentan con el Congreso local y federal para aprobar presupuestos y etiquetarlos a favor de las familias desplazadas, pero no lo hacen.
Se trata, pues, de falta de voluntad política para resolver este y otros problemas que aquejan a los sinaloenses.
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