El rezago en los indicadores persiste pese a programas alimentarios, becas y apoyos gubernamentales dirigidos a comunidades rurales e indígenas
En su reporte de este año, 2025, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) dio a conocer que, en las zonas rurales de la huasteca potosina, hasta el 30 % de los niños menores de cinco años padecen desnutrición crónica.
En San Luis Potosí, en municipios tales como Aquismón, Xilitla y Tamazunchale, se muestra el rostro de la desnutrición infantil, ya que en promedio uno de cada tres niños crece con baja talla para su edad, como resultado de las dietas insuficientes y, en ocasiones, hasta del consumo de agua contaminada y el acceso limitado a los servicios de salud.
De acuerdo con el estudio realizado por World Vision México en 2015, se informó que en ese año, de acuerdo con sus reportes, el 36.4 % de los niños indígenas del estado sufrían desnutrición, de donde el comparativo resultante de ambas encuestas arroja que en nueve años, a partir del 2015 a la fecha, la cifra sólo retrocedió 6.4 % en el indicador porcentual, manteniéndose los indicadores de desnutrición en niveles muy altos.
Esto revela la permanencia del problema, aunque se hubieran implementado estrategias gubernamentales durante este tiempo en el combate del mismo, pues en términos generales el resultado es de un severo estancamiento, como lo evidencian los resultados de ambas mediciones.
Al respecto, a pesar de la publicitada implementación de programas como el de los desayunos escolares promovidos desde el sistema de Desarrollo Integral de la Familia (DIF), apoyos alimentarios a la población o las transferencias monetarias a través de becas y otros programas de apoyo al consumo, implementados por los distintos niveles de gobierno —programas sociales en los que se encuentran incluidos también los habitantes de las zonas indígenas del estado— no se han logrado corregir las deficiencias estructurales, reflejadas en la permanencia sustancial del problema que aqueja a la población infantil, marcadamente en la zona rural marginada, el cual se intenta corregir.
Al respecto, Miguel Álvarez López, líder del Movimiento Antorchista en San Luis Potosí, enfatizó que los habitantes de la zona padecen pobreza y marginación, aunque lacerantes y visibles gracias a las mediciones realizadas por organismos oficiales, que no son más que agregados a la general necesidad de desarrollo económico y social en general de esta franja, que, a pesar de la riqueza de su exuberante naturaleza, apta hasta para el desarrollo de proyectos turísticos, así como para la producción agrícola y ganadera en cualquier modalidad, el grueso de la población sigue padeciendo, tristemente, el atraso de décadas y quizá siglos, que han hecho de los pueblos indígenas fuente de romántica tradición, a costa de la pobreza y necesidad de la inmensa mayoría.
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