83 familias jornaleras migrantes asentadas en el municipio de Saucillo, en Chihuahua, han decidido unirse al Movimiento Antorchista con la esperanza de acceder a mejores condiciones de vida.
La migración se ha convertido en la única salida para muchos jóvenes y adultos; familias enteras se ven obligadas a trasladarse a Juárez, Delicias, Parral o la capital del estado, dejando atrás sus comunidades. Los programas sociales, lejos de ser una solución, apenas representan un alivio momentáneo frente a la falta de empleo y oportunidades.
Desde siempre, los rarámuris, habitantes de la Sierra Tarahumara, en la zona serrana del estado de Chihuahua, han pedido de muchas formas ser visibles, que sea atendida su problemática ante las inclemencias del tiempo, de la pobreza en la que viven y ahora se suma la terrible situación de inseguridad.
En México se está gestando lo que muchos analistas ya califican como una crisis de ingobernabilidad: el día a día transcurre entre bloqueos carreteros, olas de inseguridad, un tejido institucional que parece resquebrajarse y un gobierno que, para muchos, ha perdido la brújula de la gobernanza y de la responsabilidad pública.
En los momentos más difíciles de una nación es cuando se revela su verdadera fortaleza, y México ha demostrado, una vez más, que su motor más potente es su juventud.